viernes, 13 de febrero de 2009


Hace poco, un día por la tarde, fui al supermercado y allí estaba Pilar, una amable chica que atiende las cajas. Esa chica es muy amable con todo el mundo y siempre tiene una palabra agradable sin tener en cuenta ni el color del pelo, ni el color de los pensamientos de nadie.
Le pregunte por el Juglar de carruaje de Rojo y me dijo que le conocía, precisamente era vecino suyo...
La curiosidad se despertó en mi, y curiosamente le ví ese mismo día en su flamante FIAT Uno, perfectamente aparcado desde hace más de un año, con su radio, escuchando una emisora que no logré conocer y con su coche llena de pegatinas. Allí estaba observando a las personas que pasaban por allí, entonces me miró y le miré como si me leyera el pensamiento, pero no quise preguntarle, porque para mí esta de alguna manera idealizado este bello juglar de carruaje rojo.
He pensado algo, iniciar una iniciativa, he observado que le faltan algunas pegatinas en su coche, yo se las regalaré y le dejaré algunas palabras por la mañana, si recibe el mensaje y pega la pegatina en su coche supondrá que se establece una comunicación entre nosotros.
Esto lo iremos viendo poco a poco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y?????
hay comunicación?
me ha alegrado ver este post. hacía tiempo que no publicábais nada... una penita.
la historia del juglar aporta magia, de esa que hace falta cada día.